Hombres, mujeres, oportunidades, relaciones... los temas eternos en una entrada del blog de mi querida Bitter Conch que me ha hecho extenderme quizá más de la cuenta en este comentario.
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Querida Conch, si hay un tema que me apasiona por encima de todo es vosotras, las mujeres. Desde un punto de vista estrictamente intelectual supone un reto tratar de entenderos, pero no lo digo en sentido ni peyorativo ni despectivo, al contrario. Nosotros tenemos unos procesos mentales (en fin, sí, a veces se les puede llamar así) más simples e incluso el tío más raro con el que puedas llegar a dar en el fondo no deja de responder a la mismas variables que uno mismo. Vosotras en cambio suponéis el desafío de los jeroglíficos que atormentaban y deleitaban por igual a Champolion: tan bellos como enigmáticos, tan misteriosos como atractivos. Y ojo, que no hablo, por supuesto, de la vana y superficial belleza externa, para la que además cada uno tiene su propio gusto. No te digo más que a mi de "Camera Café" las dos que más me molaban eran la Cañiy aquella otra de las gafas en lugar de la Carolina Cerezuela que no me pone nada. Para gustos, los colores. Hablo de esa otra belleza que se percibe en gestos, palabras, actitudes... que hace que pasados los años sigas teniendo ganas de estar con esa persona, no solo de admirarla como si fuera un cuadro, que al final todos envejecemos y nos quedamos más feos que picio. Ese es el atractivo que algunos buscamos y a vece creemos encontrar... intuimos... o simplemente ansiamos. Y créeme que una gran mayoría cumplís con creces los requisitos mínimos, los medios e incluso los máximos. Pero surgen dos obstáculos: a) El Miedo b) El Romanticismo A veces tememos volver a sufrir o volver a hacer sufrir (evidentemente no todas/os son tan "buenos" ¿verdad?) o simplemente dejar entrar a alguien en nuestras vidas nos hace creernos débiles y vulnerables, nos obliga al compromiso con el otro, a la renuncia de tantas comodidades propias... Podemos temer que vea en nosotros algo que no nos gusta o que pensamos que no le va a gustar... o simplemente no somos lo suficientemente valerosos como par atevernos a fracasar. Ya nadie muere de amor. Sentirse rechazado es horroroso, pero no mata. Es un dolor incontenible, un peso en el alma que no te deja ni mirar al cielo... pero no sale en las radiografías ni en los TACs, no te lo ves en el espejo por las mañanas aunque a veces algunos te lo reconozcan en lo ojos. Pero no te mata. Errar es de humanos (y herrar, de herreros) así que hasta que no te libras del miedo a fracasar en una relación no te atreves a proponértelo y no es que le niegues la oportunidad a quien quizá solo quiere que compartáis un poco de felicidad, es que te quitas tú mismo la oportunidad. ¿Quieres un beso en el portal? Bueno, "afueraparte" de que por cada 1 que lo desea hay como 1.000 que les apetece tanto como ser desolladas con una gubia de carpintero el problema se resuelve acudiendo a las prendas deportivas... JUST DO IT ¿Quieres un beso? Lánzate y lo das. Los hombres solemos darlos con lo labios, equipamiento que suele venir de serie tb en vosotras. Por otro lado aunque parezca mentira vivimos una época Romántica. La gente ya no busca emparejarse con alguien por interés material de forma generalizada, muchos tratan de que su pareja les colme intelectual, espiritual y físicamente. Y eso no es sencillo si llegas a reflexionar un poco sobre el tema. Algunos, quizá erróneamente, seguimos buscando el alma ajena que nos conmueva nuestra propia alma, que nos complete y complemente, y en esa búsqueda de la Fuente de la Eterna Juventud quizá nos perdamos los encantos de los paisajes por lo que transitamos. Como Schliemann en su búsqueda arqueológica de la Troya real, a vece persiguiendo nuestro sueño atravesamos los escombros del mismo sin saber reconocerlo y nos pasamos de frenada. Puede ser. Sé que sois muchas las mujeres magníficas, ideales, de las que enamorarse podría ser tan sencillo como ponerse a la pata coja... es decir, te cuesta un pequeño esfuerzo de coordinación, puedes llegar a perder el equilibrio e incuso dar un traspiés, puedes parecer un tonto... pero de pronto otorgas todo el valor a esa parte que te faltaba en tu vida. Nosotros en cambio reconozco que no guardamos EN ABSOLUTO esa proporción. De hecho en los últimos tiempos ESTE ha ido tema frecuente de conversación con diferentes grupos de personas y la conclusión es siempre esa misma. Pero creo que en ocasiones se puede confundir ese divertido concepto de "bajar el listón" (conozco quien ya dice "¿bajar el listón? yo directamente me lo dejo en casa") con el de no valorar realmente lo que te encuentras. Y hablo de hombres de apariencia normal, de los que se duchan todas las mañanas e incluso alguna noche, con trabajos normales e incluso interesantes, sin hijos de matrimonios previos ni ex que les saquen de sus casillas, con formación y conversación, con cultura e intereses diversos, con inteligencia incluso superior a la media (alguno es hincha del Murcia, otro es futbolero en general pero algunos como yo es que el fútbol solo lo vemos en la final del Mundial o si juega Brasil). Y simpáticos, cariñosos, educados, detallistas... con casa propia incluso. Existen, créeme... existimos, fuera falsas modestias, si conozco el prototipo tan bien no es solo por reconocerlo en algunos amigos sino pq al final terminas dándote cuenta de lo que te diferencia de ciertos especímenes. Y créeme tb que si bien en ocasiones han comenzado algunas relaciones que lamentablemente no han llegado a buen puerto las mayores frustraciones no provienen de lo que empezó a querer ser y no pudo ser, sino de lo que nunca pudo llegar a empezar a ser. Hay por este mundo algunas mujeres que siguen en nuestros corazones y nuestras mentes años después de que no nos concedieran una mínima oportunidad. Y sin rencor, de hecho con cariño y con esa estúpida nostalgia del pasado que nunca sucedió y esa ilusión truncada del futuro que nunca será. Y el desconcierto en unas ocasiones de haber sido sometido a una prueba aún... pero cuando no te dejaron ni presentarte ante el Tribunal... Y otro tema sería el de que yo ligo mucho (¿pero cómo te has enterado tú de esa falacia vil, de ese infundio disparatado?). Yo no ligo. En serio. Ligar ligar lo que se dice ligar habré ligado un par de veces en mi vida. Con frecuencia conozco personas. A veces me interesan. Ocasionalmente me atraen. De vez en cuando trato de saber cómo son más allá de lo evidente. Hay ocasiones en que el interés resulta mutuo. Unos días me enamoro. Otros se enamoran ellas. Y al final siempre termino cantando "Vivir así" de Camilo Sesto... Un día escribiré el libro de todo esto y os lo regalaré a los que fuisteis capaces de leer hasta aquí.